sábado, 8 de septiembre de 2012

las mariposas no tienen fronteras...

Mientras la Convención Nacional Demócrata comenzaba a sesionar, afuera, bajo la lluvia, en el centro paramilitarizado de Charlotte, Carolina del Norte, la verdadera democracia halló su máxima expresión, si es que creen que esta se basa en una construcción de los movimientos de base, como la lucha abolicionista, la lucha por el sufragio de la mujer y el movimiento por los derechos civiles. En esta ciudad, donde ocurrió una de las primeras manifestaciones contra la segregación en el mostrador de un restaurante, diez inmigrantes indocumentados bloquearon una intersección y se arriesgaron a ser arrestados y posiblemente deportados mientras le solicitaban al Presidente Barack Obama y al Partido Demócrata que apoyen al movimiento por los derechos de los inmigrantes y aprueben una importante reforma migratoria. Cuando la maquinaria del Estado deja de funcionar, cuando los políticos y los burócratas generan un estancamiento, es necesario el poder popular para lograr un cambio significativo, que a menudo conlleva un gran riesgo personal. A lo ancho de Estados Unidos, los defensores de los derechos de los inmigrantes, que están bien organizados, participan cada vez más en actos de desobediencia civil, en particular los jóvenes. Al igual que en Carolina del Norte hace más de medio siglo, donde fueron los jóvenes los que desobedecieron el consejo de sus mayores de que tuvieran paciencia en la lucha contra la segregación. Hoy en día, muchos jóvenes ejercen presión para que el Presidente Obama apruebe la Ley DREAM, mediante la ocupación de las oficinas de su campaña. Muchos de estos jóvenes activistas llegaron al país, sin documentos, cuando eran niños. El Presidente Obama se mostró bastante compasivo con estos “soñadores” en el mes de junio, cuando anunció la decisión del Departamento de Seguridad Nacional de liberar a 800.000 de ellos de la amenaza de ser deportados… Aquí, en Charlotte, fuera del centro de convenciones, diez almas valientes, entre ellas una joven y su madre, y una pareja y su hija, permanecieron sentadas bajo la lluvia frente a una gran pancarta que colocaron en medio de la calle, que decía: “Sin papeles y sin miedo” y tenía dibujada una gran mariposa en el centro. Mientras eran rodeados por la policía, le pregunté a una de las mujeres que estaba por ser arrestada: “¿por qué la mariposa?”, a lo que respondió: “Porque las mariposas no tienen fronteras, las mariposas son libres”.
Fuente: Democracy Now

No hay comentarios:

Publicar un comentario