jueves, 27 de octubre de 2011

lo que el pueblo quiere...

zapateando
Chiapas es el más pobre de los numerosos estados federados mejicanos y también el que tiene el más alto porcentaje de indígenas, en su mayoría descendientes de los mayas... los niños caminan a la orilla de la ruta hacia su escuela “nuevecita” y en algunos caseríos sobreviven los carteles que anuncian que responden al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y que allí se hace “lo que el pueblo quiere”. El prefijo que antecede al cargo de Marcos […] denota su condición de subalterno. Cada uno es comandante y, si se logran aunar muchos mandos, nace el “comandante pueblo”. Marcos vendría a ser una suerte de coordinador, de burócrata que administra el poder que nace de las bases y lo materializa en acciones. Gracias a ellas, los habitantes de Chiapas consiguieron mejorar su vida y, sobre todo, que el gobierno nacional se enterara de que existen.
El zapatismo, que reconoce como antecedente las épicas batallas de Emiliano Zapata, alimenta su complejidad con la geografía única de la selva Lacandona, con la enigmática cultura maya... y con el irritante contraste entre los grandes latifundistas, los campesinos que practican una agricultura de subsistencia y los sistemas de propiedad comunal de los indígenas (llamados ejidos). Esa subordinación al pueblo, que aquí sería calificada como populismo, es uno de los tantos caminos que la humanidad está buscando de manera ostensible para salir del barrial del neoliberalismo.
Fuente: Clajadep

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