domingo, 8 de mayo de 2011

carta desde el zoco de los cesantes de Samih al-Qásim
Tal vez pierda, como pretendes, mi sustento.
Tal vez haya de poner en venta mis ropas y mis muebles.
Tal vez tenga que trabajar como cantero,
como mozo de cuerda
o barrendero.
Tal vez sirva en los vertederos de las fábricas.
Tal vez por los corrales busque granos.
Tal vez vaya apagándome, famélico y desnudo.
¡Enemigo del sol!
Más no transigiré.
Resistiré
hasta el último pulso de mis venas.
Tal vez me puedas arrancar hasta el último palmo de mis tierras.
Tal vez mi mocedad alimenta la carne.
Tal vez robes la herencia de mi abuelo:
los muebles,
las vajillas
y los cántaros.
Tal vez quemes mis versos y mis libros.
Tal vez mi carne arrojes a los perros.
Tal vez en nuestra aldea permanezcas
como una espantosa pesadilla.
¡Enemigo del sol!
Más no transigiré.
Resistiré
hasta el último pulso de mis venas.
(Mz. Montávez-Sobh,  1969: 153-155)

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